Spaghetti es Pipo, Juan y Tello. Los tres son muy diferentes, los tres piensan y viven de maneras muy diferentes. Los tres tienen sueños y objetivos diferentes. Pero los tres trabajan de lo que les gusta, y ahí, es donde la diferencia les suma y mucho.
Cada uno tuvo y tiene su carrera, Pipo trabajó en varios lugares, pasando por agencias de publicidad como JWT, o Sheldon. O introduciéndose en canales de venta y marketing desde adentro de una empresa como Arcor o en productoras como Antiestático, entendiendo el cómo y el cuándo se pueden hacer las cosas. Yendo y viniendo, de un lado al otro, tratando de entender que quiere uno y que piensa el otro. Logrando unir ideas con soluciones, productos con necesidades, marcas con objetivos, entendiendo y escuchando. Dedicándole el tiempo que se necesita para poder lograr lo que él creía necesario, buscando las herramientas que tenía a mano, y las que no, porque eran las que siempre le resultaban. Así aprendió a buscar, a investigar, a no estar esperando que la solución venga, sino, salir a buscarla, no vamos mentir y a decir que siempre las encontró, seguramente sean más las que no, que la que sí, y seguramente las siga buscando, y eso, es lo que lo hace diferente.
Por otro lado están Juan y Tello, es difícil separarlos, prácticamente nacieron juntos. Uno los vé por separado y enseguida llega la pregunta “seguís con …” y cada uno asiente, como diciendo, “sí sobrevivimos”. Uno es pelado y el otro peludo, uno habla mucho y el otro casi nada. Uno escribe y el otro dibuja. Uno tiene panza y el otro dice que no.
Empezaron muy jóvenes sus carreras en agencias de publicidad, uno en DDB y el otro en A&B. Después se cruzaron en FiRe, y ahí se saludaron por primera vez. De ahí en adelante, se dedicaron a pensar ideas que sirvan de soluciones para las marcas, para el público, para las productoras, para las distribuidoras, para los canales, para los teatros, para los cines, para los medios, y en algún que otro caso para ellos mismos. Su paso por FiRe los obligó (por suerte) a pensar diferente, a meterse en el entretenimiento como un arma de comunicación. Y eso los llevo a ser guionistas, directores de arte, realizadores, directores, asistentes, productores, los llevo a meterse en todos lados para entender como un marca puede darles su dinero para hacer lo que ellos piensan que es la mejor manera de resolver dicho problema. Y que no solo les sirva para levantar un premio, o poner un logo más en su carrera, sino, para entender qué quiere la gente, qué necesita, qué grita y qué escucha, qué pide y qué recibe, qué cuenta, qué cree y que no.
Esa misma búsqueda fue la que los llevo a Madrid, a ver que hacían con una oficina a su cargo, a manejar un mercado Europeo que lejos estaba de su conocimiento. Tocando puertas, subiendo pisos y bajando escaleras, lograron llevar a delante un sueño que ya había nacido en argentina y ahora se tomaba unos años de estudio en España. Aprendieron, conocieron, y cuando se cansaron volvieron.
Pero volvieron con más ganas. Con otras ganas, volvieron para crecer aún más, con el conocimiento rebosante y el reconocimiento de los clientes, (Telefónica. VW. Cetol. Philips. Kosiuko. Ideame. Kinder. Club conectar. El enganche. Aperol Spritz. Espacio San juan. BBVA. Hasbro. Royal Caribean. HCBS. Ford.) y de algunos festivales, (Cannes Lions. CLio. Fiap. Ojo de Iberoamérica. Diente. Pensil Awards)
Pero sobre todas las cosas, con la cabeza y las ganas puestas en seguir pensando ideas que resuelvan problemas.
Hoy los tres, comparten otro sueño: tener una mesa repleta de gente que confíe en ellos y que comparta un rico plato de Spaghetti.